lunes, 26 de agosto de 2013

The End

Por estricta recomendación/consejo/pedido de mi marido, este blog se acaba.





























Y comienza la parte 2, acá. Están todas cordialmente invitadas.

miércoles, 31 de julio de 2013

Segundizando en Baby Showers

Es verdad, este no fue lo mismo que el primero. No hubo tanto esmero, tanta preparación previa, ni un solo juego. Pero fue más significativo, más íntimo, más parecido a lo que soy hoy. Igual, mi mamá volvió a aportar la decoración...


Yo hice mi humildísimo intento de souvenir... La onda es que cuando las mujeres que estuvieron ese día se enteren que Vitto está por llegar -fuera por el medio que fuera- enciendan la vela y piensen en nosotros.


Mi hermana menor se recontra jugó con el catering... Panqueques de Nutella, yes, please, today and tomorrow as well!


Y por supuesto hubo regalos, muchos! Aunque pedí explícitamente que no llevaran. ¿Por qué? Porque tenía pensado obligarlas a todas a pasarme sus secretos de cocina (fácil, obvio, que estamos hablando de mí después de todo) con degustación incluída, para nuestros primeros días en casa de a 4.


Y si bien no hubieron juegos, sí las desconcerté a todas pasando una cinta celeste que las unía. JURARON que era un juego, pero no! Cuando estuvieron todas conectadas, me paré en el centro y les expliqué que esa era una materialización del círculo de protección que yo siento alrededor mío y de Vitto. Todas estas mujeres, desde mi ahijada bebé hasta mis 2 abuelas, pasando por toda mi familia, familia política y amigas, son las que me sirven de apoyo todos los días. Vieron esa frase de "It takes a village to raise a child"? Bueno, no podía estar más de acuerdo. Y ellas son mi aldea, mi soporte real y afectivo, y sin ellas no podría criar uno, muchísimo menos DOS hijos.


Para cerrar la tarde, después de escuchar historias de partos y maternidades varias, invité a las que quisieron a estampar su mano en mi panza, también a modo de protección, y a escribir una palabra/deseo para Vitto.


Y eso fue todo. Poca producción, pero infinito amor.

(Y quiero cerrar contándoles que todo esto fue inspirado por este link que me pasó Renata hace un par de meses... Gracias Reni! Vos también sos infinito amor!)

PD: Casi muero cuando vi que Avril vaticinaba el nacimiento para hoy... Por suerte le debe andar fallando la antena, porque si este chico nacía hoy, no tengo idea de adónde lo iba a poner, ni qué ropa iba a usar!

sábado, 20 de julio de 2013

34/40: Chill

Este final de temporada, digo, de embarazo, se viene confuso y lleno de incertidumbres. Ayer fui al obstetra, quien miró la ecografía premonitoria de un parto inminente, y, si ese consultorio hubiese sido Twitter, yo creo que hubiese usado el famoso hashtag: #AMQIGP. (Para las no-twitteras, basta con decir que no le pudo haber importado menos).

Y yo, que andaba preocupada por todavía no tener el bolso listo (ni la ropa, ni la bañadera, ni el cochecito, ni las sábanas, ni... bueh, me entienden), de repente tuve que reirme de mí misma. Al final, sigo siendo una pobre primeriza. Vitto no está a punto de llegar. Vitto está tranquilo creciendo y dando vueltas y practicando sus pasos de breakdance por mi útero.

Sí, es grande; sí, la idea de una cesárea no se descarta; sí, como mucho faltan 6 semanas para conocerlo, pero, nada está dicho aún. El médico me planteó varios escenarios posibles y la verdad, la conclusión que me llevé fue "Hay que esperar". En 2 semanas vuelvo a verlo y ahí veremos, veremos, después lo sabremos.

Lo otro espantoso que me pasó en la semana fue padecer el primer tratamiento de conducto de mi vida. Yo fui toda canchera, recordando que soy una sobreviviente a que me sacaran las 4 muelas de juicio en una sentada, pero Oh My God. Qué feo fue. La muela en cuestión estaba infectadísima y eso impedia que la anestesia hiciera efecto, etc etc. Conclusión: ahora ya soy grande y no puedo llamar a mi papi para que me venga a rescatar, así que hice lo que cualquier mujer que se precie hubiese hecho, y llamé a mi marido. Él, todo santo como es, vino, me dio la mano y se bancó ver todo el procedimiento en primera fila. Es lo más ese tipo.

Y finalmente, llegamos al día de hoy, Día del Amigo, día de las amigas que ya están grandes para festejar de noche y lo más cercano a hacerse las pendejas que tienen es dejar a los hijos por algún otro lado y hacer salida de mujeres solas. Y ya que no vamos a dejar un sueldo de fernet, como hubiésemos hecho en otro momento, al menos nos vamos a ir a hacer las top a algún restaurant caro, pero siempre de por acá, porque mirá si suena el teléfono y alguien nos necesita. La verdad que el plan me gusta, es coherente con nuestras vidas, y voy a poder disfrutar de mis amigas sin el "mamámamámamá" constante que pasó a ser la banda de sonido de mi vida.

Buen fin de semana a todas! Festejen, que siempre hay motivos!

martes, 9 de julio de 2013

33/40: ¿40, dije?

Todo sigue bien aquí en planeta Bebé Enorme. Ayer me repetí el estudio preferido de las embarazadas, la curva de la glucosa, para dejar tranquilos a todos los que insisten con que el tamaño del bebé se debe a una diabetes del embarazo. Veremos.

Además, a la tarde me hice la ecografía número mil de este período. Fuimos a Cegyr, un centro de fertilidad de Capital, a ver al ecografista más recomendado por mi obstetra. Y ¿adivinen qué me dijo? Sí! Que Vitto es un bebé grande! Esta vez el número de la suerte de los percentiles fue 95, pero a esta altura estoy curada de espanto. Lo que me shockeó un poco fue el siguiente diálogo:

Dr: ¿Qué fecha de parto te dieron?
Yo: Por FUM era el 27 de agosto, pero en la última ecografía que me hicieron me lo adelantaron un poco...
Dr: Sí, sí, claro...
Yo: ...para el 24 de agosto.
Dr: ¿Para el 24? [Me mira sorprendido, mira su pantallita, me vuelve a mirar] A mí acá todo me da para el 2 de agosto.
Yo: Ah.. jaja jeje jiji qué bueno... Eso sería más o menos a las 36 semanas, ¿no?
Dr: Sí, sí, semana 36.
Yo [A Javi]: Mañana cumplo 33.

O sea. Yo no sé bien qué implica este cambio de fecha, qué me quiso decir el señor ecografista, ni qué me dirá mi obstetra cuando lo vaya a ver el 18. Solo sé que mi hijo hasta ayer a la tarde no tenía ni moisés donde dormir, que la ropa que tengo para él está metida en cajas y cajones o tirada arriba de lo que será su cuna de más grande, que nunca se me cruzó por la cabeza empezar a pensar en un bolso para llevar al hospital, y que la fecha un poco me inquieta, sí.

Pero todo esto me aceleró el proceso de enamoramiento con mi segundo hijo; el pensar que puede llegar a faltar menos de un mes para verlo de repente hizo que me dieran muchas muchas ganas de conocerlo. Me descubrí hablándole y cantándole, cosa que no había hecho hasta ahora ya que, claro, todas las palabras y canciones eran para Geno.

Aquí y así estamos, cayendo en la cuenta de que si esta no es la recta final, son los últimos 200 mts. Después de darle tantas vueltas al asunto, dejé de pensar en la cesárea, recibiré lo que venga de brazos abiertos, si es lo mejor para mi hijo.

El viernes terminan las clases, y comienza mi licencia. No voy a descansar mucho, pero voy a ocupar mis días con una de las tareas más lindas: el preparar mi casa, mi corazón y mi vida para recibir a un segundo centro del universo.

domingo, 30 de junio de 2013

Casi 32/40: Resignarse

El lunes pasado tuvimos ecografía, para ver como andaba el pulpo breakdancer. Nos tocó una médica suplente, y no especializada en medicina fetal, pero ella coincidió con lo que nos venían diciendo. Según sus cálculos, Victorio, que en ese momento estaba entrando en la semana 31, tenía el tamaño de un bebé de 34 semanas. Peso estimativo: 2,370 kg. Chan.

El último control con el obstetra fue bastante straightforward: salvo que se dé alguna clase de milagro, es muy probable que este embarazo termine en una cesárea programada. Yo NO quiero, de ninguna manera, pero mi doctor, que es bastante crudo con el peor escenario posible, me tiró datos al pasar sobre partos vaginales de bebés grandes, como "35 puntos para reconstruir" o "fractura de hombro del bebé". Y no, eso tampoco me es mucho negocio.

Así que aquí estoy, tratando de empezar a hacerme la idea de lo que se viene. Mi amiga L tuvo a su bebé hace 2 meses con una cesárea, y lo que nos contó me resultó tan frío, tan carente de todo lo lindo que viví en el parto de Geno, tan lleno de médicos y quirófanos y una mamá ahí tirada, que no puede hacer nada, que no es dueña de su cuerpo, a la que le sacan a su hijo y después no puede ni sostenerlo. Lo pienso y me dan ganas de llorar: Porque yo e cansé de quejarme sobre Geno recién nacido, pero siempre dije que amé vivir la experiencia de parirlo. Y capaz que a Vito no lo voy a parir, y me pone tan triste.

No me gusta pensar que no va a haber factor sorpresa, esa emoción de no saber cuándo pueden empezar las contracciones, que sí, son feas, pero te acercan a tu bebé en cada dolor. No me divierte para nada escribir en el calendario "Martes 10:00 am: me sacan a Vitto".

Pero si así habrá de ser, mejor ir sabiéndolo. No quiero seguir albergando esperanzas de que quizás, por qué no, tal vez estén equivocados, todavía falta... Porque todavía falta, sí, pero no tanto como necesitaría para seguir esperando un cambio radical en cómo vienen las cosas.

Trato de concentrarme en lo positivo, como que es probable que si la cesárea es programada, se tendrá que hacer ¿unas semanas? antes de la fecha de parto, y eso me daría más tiempo con Vitto antes de volver a trabajar en diciembre, haría que existiera la posibilidad de que mi amiga T estuviera acá para conocerlo (se va a vivir a USA pero no se sabe bien cuándo), y les daría a mis viejos un mes con él antes de irse por 3 semanas de viaje. No sé. Todo muy lindo, pero no me es consuelo. Me va a costar bastante hacer el duelo real por el parto perdido.

Esta soy yo, hoy:

Y acá están mis razones principales para saber que, sea como sea, todo va a estar bien.



jueves, 20 de junio de 2013

Gracias, Jo

Sí, es feo robar, pero cuando otro lo dijo antes y mucho mejor, ¿para qué esforzarme tanto? Esto es lo que me está pasando estos días, todos los días. Geno te quiero tanto...

lunes, 17 de junio de 2013

Para reírme de mí misma algún día, no hoy

Ayer tuve una experiencia muy de mami primeriza, de esas que te hacen llorar encerrada en el baño porque te da muchísima vergüenza que alguien te vea y tener que admitir que llorás de esa manera por ese motivo. Por suerte tengo a Vitto que me provee de las hormonas necesarias como para justificar cualquier reacción hiperemocional con el embarazo.

Resulta que estábamos festejando el día del padre en lo de mis suegros, y eso a Genaro lo pone feliz porque significa que tiene la chance de ver a sus adorados primos, L y T. L es una nena de 5 años, que fue el amor de mi vida, la hija que no tengo ni tendré, hasta más o menos la época en que nació Geno y empecé a tener mis propios problemas. Siempre fue especial para mí porque es a la única sobrina de Javi que conozco desde la panza, fue la primera bebé por la que realmente sentí amor total. T es un nene de 6 años, ídolo absoluto de Geno ya que sus otros primos varones son mucho más grandes.

Ayer, después de comer, Geno me vino a buscar para que lo acompañara a buscar a T. Fuimos al baño y no estaba, lo cual me pareció raro porque no se me ocurría adónde más podía estar. Cuando estábamos volviendo hacia la cocina, los vi a los dos, L y T, escondidos atrás de un sillón, leyendo un cuadernito. Lo que al principio me resultó muy tierno pronto se convirtió en una revelación. No estaban ahí de casualidad. Se estaban escondiendo de Geno. Cuando él los vio, enseguida se quiso sentar con ellos, pero se levantaron y se fueron, pidiéndole que no los siguiera. Yo agarré una revista y me puse a mirarla con Geno, mientras se me caían las primeras lágrimas de mami pelotuda. Geno se entretuvo un ratito conmigo, pero muy rápidamente fue obvio que lo que él quería era jugar con sus primos. Y ahí comenzó una mini persecución por la casa, donde con cada "No, Genaro, vos no jugás" a mí se me partía más el corazón. Geno dijo que él también quería dibujar, y mi suegra le consiguió lápiz y papel. Yo me puse a hablar con otra sobrina porque todo estaba siendo demasiado para mí. Pero cuando lo vi sentado solito, con cara tan triste, y alguien pasó y le preguntó por qué estaba ahí y no con los chicos, y él todo amargado respondió "No me dejan estar con ellos...", yo no pude más y me fui a encerrar al baño, a largar el nudo de lágrimas que ya no me podía contener.

Y me repetía a mí misma que era una boluda, que estaba sobreactuando, que son cosas de chicos, que era sólo por un rato, que no significaba nada, que no le iban a quedar consecuencias psicológicas por esta boludez, que seguramente en un futuro vería a Geno hacerle eso a alguien más chico, como Vitto o sus primitos menores, que eran las hormonas que me hacían ponerme así... Me repetí todo el discurso mil veces, pero no podía contener mi angustia. Me desesperaba descubrir dos cosas: que por primera vez, yo no era suficiente para mi hijo, que el amor de su mamá no le alcanzaba cuando él lo que quería era estar con sus pares, y que hay problemas en los que no me puedo meter. Que le van a doler a él, y mil veces más a mí, pero que tendrá que afrontar solo. Porque yo no podía obligar a esos chicos a jugar con él, porque el problema no era tanto que no jugaran, si no que no quisieran, y eso yo no lo podía cambiar.

Lo escribo y por supuesto sigo llorando, y si les cuento que un rato después, L se durmió y T jugó con Geno de lo más contento, respetando su turno y felicitándolo cada vez que embocaba la pelota, les confirmo que soy una reverenda pelotuda. Pero como les dije al principio, fue un momento muy mami, y la culpa de todo la tiene Vito.